El gobierno de Javier Milei retira a la delegación argentina de la cumbre climática en Bakú, argumentando que las políticas ambientales son un “invento socialista”. Luisina Porchietto advierte sobre las consecuencias diplomáticas y ambientales de esta decisión ideológica.
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La 29.ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) se celebró este año en Bakú, Azerbaiyán, del 11 al 22 de noviembre. Este evento reúne a líderes globales, científicos y activistas para negociar soluciones frente a la crisis climática, siendo el único foro multilateral de toma de decisiones sobre cambio climático que reúne a casi todos los países. Las prioridades de la COP29 son la garantía de que todos los países dispongan de los medios necesarios para adoptar medidas climáticas contundentes, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la construcción de comunidades resilientes. Sin embargo, por decisión del presidente Javier Milei, Argentina retiró a su delegación del evento mundial.
Según el gobierno, el abandono la COP29 es para “no interceder en los consensos” de la conferencia. Esta postura se da en el marco de un gobierno que también se disoció del reciente Pacto para el Futuro consensuado en Naciones Unidas y que critica abiertamente la Agenda 2030.
Luisina Porchietto, politóloga y directora del Programa Joven Argentina de la Fundación Nueva Generación Argentina, en un dialogó con Portal NEXO UCA, consideró que “Si bien nadie se esperaba que los retiren oficialmente o que les den indicaciones de no participar a la delegación oficial, tampoco había expectativas de que vayan a hacer algo porque, un presidente negacionista no tenía intenciones de ir a negociar nada ahí”.
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La postura climática de Milei ya había quedado clara durante los debates presidenciales del año pasado. Afirmó que las políticas ambientales “culpan falsamente al ser humano del cambio climático” y las calificó como una excusa para financiar “vagos socialistas”, aunque el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) ya haya confirmado el rol inequívoco de la influencia humana en el calentamiento de la atmósfera, los océanos y la tierra.
“La posición de Milei es meramente ideológica, pero errada y perdida en lo que respecta al resto del mundo. Me parece que el mundo entero va hacia otro lado, que el financiamiento va para el lado climático, y Argentina tiene un montón de oportunidades.”, afirmó Porchietto. La politóloga destacó que el país tiene un superávit ambiental y recursos naturales que podrían aprovecharse para obtener financiamiento internacional, pero decisiones como esta hacen que se pierdan oportunidades estratégicas.
Más de 70 organizaciones, fundaciones y movimientos han expresaron mediante un comunicado su rechazo al retiro de la Argentina de las negociaciones de la COP29 e instaron a mantener los compromisos internacionales de Cambio Climático. Calificaron la decisión adoptada por el gobierno como “un retroceso histórico en materia de política ambiental y climática para nuestro país”. Como menciona Luisina “El actor clave en estas negociaciones son las organizaciones de la sociedad civil y las ONG, que son los que están poniendo el pecho a la COP29 y los que básicamente lograron los grandes cambios ambientales en Argentina, como por ejemplo la Ley de bosques, en la que ahora el fondo fiduciario está siendo desfinanciado. La agenda de Milei es desestructurar todo lo creado con respecto al ambiental, y eso es lo más preocupante.”
La decisión de abandonar la COP29 tiene profundas implicancias económicas, ambientales y diplomáticas. Argentina podría quedar fuera de los Fondos Verdes para el Clima, un mecanismo para financiar proyectos de mitigación y adaptación frente al cambio climático, debilitando además su posición en mercados internacionales sensibles a políticas ambientales. Este aislamiento también afecta al sector agropecuario, que enfrenta desafíos como sequías y aumento de temperaturas, al perder acceso a acuerdos internacionales destinados a financiar soluciones en zonas rurales. En el plano diplomático, la retirada refuerza el aislamiento de Argentina en un momento en que fortalecer relaciones internacionales resulta clave para enfrentar la crisis climática y económica.
La COP29 concluyó con un acuerdo que obliga a los países desarrollados a destinar 300 mil millones de dólares anuales hasta 2035 a las naciones en desarrollo para reducir emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los impactos climáticos. Sin embargo, Argentina, ausente en la cumbre, perdió la oportunidad de posicionarse como receptora clave de estos fondos. Según datos citados por El País, Argentina es responsable del 0,7% de las emisiones globales, principalmente provenientes del sector agrícola y ganadero. Este financiamiento habría permitido implementar tecnologías más limpias y sostenibles, pero la decisión del gobierno de Javier Milei dejó al país fuera de las negociaciones, renunciando a recursos vitales que podrían haber beneficiado tanto al medio ambiente como a la economía nacional.
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